¿ESTOY HACIENDO ALGO BONITO CON MI PROPIA VIDA?

 

 ..Esta pregunta es la que dice Eva Bach, pedagoga y experta en educación emocional, debemos hacernos los padres y madres.

Ella cuenta que ha escrito su libro 

"Educar para Amar la vida" 

porque observa muchos padres y madres desencantados de la vida (muchos de los cuales sobreprotegen a sus hijos porque ven el entorno como hostil) y cree que es importante contagiar a nuestros hijos amor a la vida a pesar de sus penas, ganas de hacer algo bello con su vida y la pasión por algo.

Eva trabaja sobre el concepto de resiliencia que tanto  mencionamos en este blog como recurso para hacernos fuertes frente a la adversidad. Dice que muchos mayores no ríen ni sonríen, que han perdido la ilusión, la esperanza y así es difícil educar para la vida.

Es curioso como muchas personas van perdiendo por el camino esa ilusión y alegría por vivir, algo que sin embargo tenemos de forma innata cuando nacemos, cuando somos niños...todos lo hemos podido sentir cuando tenemos hijos porque es cómo si ellos nos renovaran por dentro, nos hacen reir de las cosas simples y disfrutar...nos hacen recuperar esa parte tan imporante que hemos ido perdiendo..decimos incluso esa frase de "disfrutamos como niños" ¿y por qué no? por qué no podemos disfrutar de adultos? es que ser serios nos hace más inteligentes o más resilientes?..rotundamente NO. 

Ante los difíciles momentos que nos están tocando vivir la pedagoga comenta que 

"ante una situación extrema, tenemos dos opciones:podemos venirnos abajo, desesperarnos y entrar en conflicto o bien aprovecharlo para replantearnos aspectos de nuestras vidas, crecer emocionalmente y tejer vínculos más sanos entre nosotros y nuestra familia."

"aunque los veamos como seres ingenuos y vulnerables, 

conviene explicarles qué está pasando de forma veraz para que puedan, por ellos mismos, desarrollar una virtud que les será muy útil en la vida adulta: la resiliencia"

Según Bach sobreprotejemos a los niños para evitarles penas, frustraciones o contratienpos y les mantenemos en una burbuja y además hacemos todo por ellos, incluso lo que pueden hacer ellos. ¿Por qué lo hacemos? seguramente por no verles sufrir, pero sobre todo para no sufrir uno mismo y llenar nuestros vacíos volcándonos en ellos.

El problema es que cuando sean mayores y se encuentren cara a cara con la adversidad, nadie les habrá enseñado a afrontarla. Nosotros los profesores de ámbito social insistimos mucho cuando formamos a nuestros alumnos a que aprendan a hacer a las personas independientes, no dependientes. 

Si le haces algo a una persona pensando que le haces un favor le estás privando de la oportunidad de aprender a hacerlo sólo, de equivocarse , saber hacerlo bien y disfrutar de sus logros, resumiendo le privas de la independencia.

En la fábula de la mariposa el niño abre el capullo cuando es crisálida pensando que le está ayudando a salir antes, sin embargo la mariposa necesita romper ella misma el capullo para hacer sus alas fuertes y poder salir volando. Y al romperse el capullo antes de tiempo y de forma artificial la mariposa no tiene las alas fuertes, no puede volar y se muere.

Hay muchos cuentos y fábulas cómo ésta que nos demuestran que las buenas intenciones no son siempre lo más correcto. El querer a nuestros hijos no quiere decir darles ni hacerles todo, además haciendo ésto les privamos del don de la empatía, hacemos adultos egoístas que creen que el mundo se centra en ellos y que no saben ver las necesidades del otro y entender que son igual de importantes que las suyas. Claro y todo esto lo hacemos con nuestras mejores intenciones...

 

Las recomendaciones de Bach para ser padres positivos y resolver las emociones no resueltas serían:

• Viendo y comprendiendo limitaciones y dificultades que tuvieron nuestros padres y educadores que no podíamos comprender entonces, pero sí ahora, desde la persona adulta que somos (que también las experimenta).
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• Reconectando con el niño y adolecente que fuimos y atendiéndolo, reconociéndolo y nutriéndolo como entonces no pudo ser nutrido. Recuperando su esencia y reincorporándola a nuestra vida
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• Dándonos a nosotros mismos mensajes positivos, empáticos y palabras de consuelo que no podíamos darnos entonces.
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• Retomando lo ocurrido y contándolo otra manera que transformelas emociones primarias de tristeza, rabia, impotencia, desconfianza, miedo, etc.en otras emociones más sabias, lúcidas e inteligentes. En el fondo, elaborando nuevas narrativas de lo sucedido, cambiando nuestros relatos tristes o resentidos por otros que resulten reparadores y nos pacifiquen por dentro.

 Y nos hace preguntas que nos invitan a reflexionar y analizarnos...

"Tenemos que aprender algo bonito con nuestra propia vida. 

Como padres y madres tenemos que preguntarnos

 ¿Estoy haciendo algo bonito con mi propia vida?

 ¿Qué hay bello, sensible, ilusionante…, en mi vida y en mí? 

A menudo nos quejamos de que nuestros hijos o nuestros alumnos no están motivados. 

¿Lo estamos nosotros? ¿Nos levantamos motivados? ¿Levantamos a nuestros hijos motivados?
 ¿Entramos en el aula motivados? ¿Amamos lo que hacemos?

 ¿Amamos para qué y para quién lo hacemos?
¿Amamos a aquellos con quienes lo hacemos? ¿Amamos vivir? ¿Nos sentimos suficientemente vivos, agradecidos y esperanzados?"

"También fomentando las motivaciones internas 

(hacer algo bueno o bello por la alegría y la satisfacción de hacerlo) 

y las transcendentes (hacerlo por la alegría de aportar algo bueno a los otros o al mundo),

 por encima de las externas (hacerlo principalmente para obtener reconocimiento, dinero, éxito, fama…)"

Sabios consejos para ser más resilientes, enseñar a nuestros hijos/as a serlo y al fin y al cabo a ser más felices.

https://gestionandohijos.com/eva-bach-amar-la-vida/ 

https://miradasconalma.org/noticias/el-virus-que-ensenara-a-nuestros-hijos-a-ser-resilientes/