miércoles, 11 de diciembre de 2019

Los pulpos no se dejan domesticar



Debido a la gran dificultad que supone la domesticación del pulpo y otros animales marinos, se prohibirán las piscifactorias en algunos lugares del mundo, es una buena noticia ya que son una gran fuente de contaminación, no siendo para nada ecológicas y generando así grandes daños ambientales.
  
El pulpo no es el único habitante marino de gran interés comercial y gastronómico que se resiste a ser domesticado. La anguila, la sepia o la cherna son otros buenos ejemplos, según los expertos consultados. “Las especies marinas en general son más difíciles de criar en cautividad que las terrestres, conllevan más complicaciones técnicas”, explica Javier Ojeda, gerente de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar).
  https://www.lavanguardia.com/natural/actualidad/20190120/454183621955/acuicultura-pulpo-sepia-anguila-investigacion.html

Muchos abogan por la acuicultura para obtener el pescado que escasea desde hace años en nuestros océanos. Pero la acuicultura, lejos de ser la solución a la sobrepesca, contribuye a la disminución de las poblaciones salvajes y degrada los ecosistemas marinos, amenazando la seguridad alimentaria de las comunidades costeras.

Existe riesgo de que se propaguen enfermedades desde las granjas a las poblaciones salvajes que están en contacto con ellas y de que se produzcan fugas de ejemplares cautivos que se mezclen genéticamente con los ejemplares salvajes de esa especie, disminuyendo la diversidad genética. 
 http://archivo-es.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-en/Defensa-de-los-oceanos/pesca/acuicultura/
 

 Además, nos gustaría hablar de la calidad de vida de estos animales cuando se crían en cautividad, ya que a día de hoy sabemos que sienten dolor, son inteligentes, sensibles y emocionales. Diversos estudios e intentos sobre la cría en cautividad de estos seres confirma que la demanda de pescado sería más que abrumadora solo para alimentarles. 

 ¿Los peces sienten?
Sienten dolor, son inteligentes, emocionales, tienen vida social, son capaces de aprender, juegan, colaboran, se distinguen entre ellos, cuidan de sus crías, usan herramientas...

¿Son sociables?
Sí, y hay jerarquía en los bancos de peces. Los miembros más jóvenes de los peces que migran y vuelven a desovar donde nacieron, como los bacalaos, aprenden de los individuos mayores, pero como con la pesca comercial estamos eliminando a los mayores, los jóvenes están cambiando los lugares, no saben volver.

¿Tienen sentimientos?
No hay  demasiados datos científicos. Pero sí sabemos, por ejemplo, que se estresan porque les sube la hormona del cortisol.

 ¿Y cómo sabemos que sienten dolor?
Si por ejemplo inyectas a una trucha ácido acético en los labios, hiperventila, se frota y no quiere comer. Cuando les inyectas morfina, todos estos comportamientos desaparecen.

 ¡Tengamos empatía hacia los peces porque aunque no se quejan y no chillan en el aire donde no son capaces de comunicarse, SÍ lo hacen en el agua, se comunican haciendo sonidos con las branquias, la vejiga natatoria, los dientes...!
























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